El oficial filósofo. Así se titula uno de los capítulos de La Biblioteca del Capitán. Cuando empecé a escribir mi novela, aparte del espíritu aventurero que impregna este extraordinario y poco conocido episodio de nuestro pasado, otro de los aspectos que me enamoraron de la Expedición Malaspina del siglo XVIII fue el carácter filosófico que imprimió su comandante a todo el viaje.
Me resultaba fascinante relatar la historia de ese oficial humanista que hizo de la Ciencia y la Filosofía su motivación vital. De hecho, la biblioteca que navegaba a bordo de la corbeta Descubierta tenía sus anaqueles repletos de obras maestras en esos ámbitos y que los oficiales consultaban con toda naturalidad.
Por eso, cuando he sabido que la Filosofía deja de ser una asignatura obligatoria en nuestros institutos, si antes, el panorama de la educación me parecía triste y preocupante, ahora el paisaje del futuro se me antoja desolado y desesperanzador. El mensaje de esta nueva ley educativa está más que clara: "¡Comprad, comprad, malditos!" , porque eso es lo único que necesitan saber en el sistema insostenible en el que los niños se van a educar. La mayoría crecerán sin conocer la Historia del Arte, la Música, la Ética y el pensamiento de los hombres a lo largo de los milenios.
Por eso, conservaré en mi memoria, como un tesoro, las preguntas inquietas y curiosas de mis alumnos en mitad de una CLASE DE FILOSOFÍA.
Bustamante, comandante de la corbeta Atrevida y Malaspina, comandante de la expedición, conversando en uno de los descansos; quién sabe si de filosofía, cómo era habitual entre ellos.
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